Los hombres son los que dejaron un día la aldea para aprender a malvivir en los arrabales de las ciudades, fantasmas tristes que cultivan sus odios antiguos. Son Abelardo y Sindo, dos hermanos que consumen su destino guiados por una mano ajena y experta, que conoce el justo precio de la muerte.
Las mujeres son el contrapunto real y poderoso de esta tragedia urbana que tiene sus raíces lejos en el tiempo y en el espacio. Son las esposas, las amantes, las prostitutas y, a la vez, la madre, bruja dominante y arbitraria, que recorre como una maldición los hilos de la trama.
Land Rover es un ejercicio de alta literatura, en el que se mezclan elementos trágicos y míticos; una historia acerca del desarraigo y de la pérdida de la identidad.