Gene Kerrigan. Delincuentes de medio pelo. Traducción de Damià Alou. Barcelona: Sajalín, 2017 (Al margen, 33).
Desde que saliera de la penitenciaría dublinesa de Mountjoy e intentara establecerse como delincuente por su cuenta, Frankie Crowe no había tenido suerte. Harto de golpes que a duras penas le daban para el alquiler ―y que bien podrían ponerlo de nuevo entre rejas―, un ambicioso Crowe planea secuestrar a Justin Kennedy, un banquero que ha prosperado en los años dorados del Tigre Celta. Pero para ello necesita contar con la aprobación del temido Jo-Jo Mackendrick, antiguo jefe de Frankie y conocido mafioso local. Las reticencias de Jo-Jo no frenarán el ímpetu de Crowe, como tampoco lo hará descubrir que Justin Kennedy es un abogado y no un banquero. Aunque el secuestro va de mal en peor y la policía estrecha el cerco en torno a la banda de Frankie, este no está dispuesto a renunciar al rescate de un millón de euros y a dejar de ser un delincuente de medio pelo.
El veterano periodista irlandés Gene Kerrigan debutó como novelista en 2005 con Delincuentes de medio pelo, trepidante inmersión en las entrañas de la Irlanda boyante de los años noventa.